Cortos
por Alexander Páez
1
Cada vez que un perro muere
otros tantos más dejan de llorar
y más de algún humano sabe
que su risa es
humo absorbido por el fuego.
3
Dos saludos tuvieron las mañanas,
cada Sol dos nubes refrescantes,
y mi ojo dos reflejos que alegraron
los pobres dientes amarillos.
8
Me quieres.
Te quiero.
Mejor separarnos
antes de sufrir
por no querernos.
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