martes, 9 de junio de 2009

JÓVENES POÉTICOS: Poema de Pía Aravena

pero claro que esto es un terrón de azúcar.

descreo de mi sueño cuando estás y no estás, intruso, en mi ardor
y porque veo a través de los soles de esta noche
que no dejan que me duerma
que me iluminan el cuerpo
con el agua que te robo, ciego.
pero que no alcanzan a volverla día.

no puedo dormir si no hay fe.
me doy otra vuelta con la almohada asida
en cisma contra este sueño
devolviéndome a lo que no parecía sueño,
aunque no conocemos la raíz de la diferencia.
porque he despertado en el medio
de la avidez por soñarte y del intento por hacer vívida la fantasía.
pero con los ojos incompletos
veo que en ambas no hay nada más que mi lecho desarmado
violentando el tocar de mi risita y amenazando con no acabar.

compruebo, removiendo mi humedad,
sacudiendo la ropa mojada por la noche infernal,
que el azar es un consuelo barato,
pero que también tiene todo permitido;
el azar hace rondas nocturnas.
me devuelvo, escojo devolverme y no soñar hoy
para oscilar en el deleite de no tener día,
y(¿pero?) tampoco noche.

un placer dejarlo todo
para quedarme en la periferia.

II

¿por qué podría ser peligroso mañana
algo que esta noche no era sino una misión vital?
y sobre todo una vez que ya la saboreaste toda
metiéndotela en la boca
como imposibilitado de encontrar otra forma
de hacerla tuya más que la instintiva
¿por qué la luz del sol te hace dejar de tiritar?

el día es la mitad larga que te devuelve a la proporción,
al recuadro donde se ve el panorama;
el día es la plataforma que te instala,
deus ex machina,
en el podio del que conoce
las cartas de los que se enfrentan.

es el dónde de cuando el misterio de lo grotesco
se sacude la viscosidad anterior como si nada.
un placer tomarlo todo
para quedarme en la periferia.

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