domingo, 5 de abril de 2009

FIGURITAS DE PLASTICINA: El informe meteoro-onto-teo-lógico


El informe meteoro-onto-teo-lógico de nuestra ciudad y del Mundo, proyecciones y prolegómenos avalados por la Dirección Meteoro-onto-teo-lógica de Chile, en una columna bajo la difusa pero confiable autoría de Ludwig Weinstein.
Un informe diferante
Este no es un simple programa de pronósticos; es un servicio a la comunidad, ameno y cercano, que hace de las veleidades del tiempo atmosférico un conjunto de fenómenos perfectamente comprensibles, como hubiese dicho Kant, trasnochado, habiéndose acostado a las 21:03 de un día domingo. Con la erudición de Ludwig Weinstein, nuestro pronóstico logra un estilo formal que lo ha convertido en el preferido del público culto en Chile.

El calor nos atonta (Mersault), nos duerme (Descartes). Digo esto porque el Tiempo ha de recrudecer su calor recrudo debido al ya tan bien mentado Calentamiento Global, del que nuevamente tienen toda la culpa los analíticos de Estados Unidos, preocupados del lenaguje mientras lanzan al resto del mundo –sus basureros, ellos creen- su basura. En todo caso, tendremos calor. Los sabios preferimos el agua, que nos baña como lluvia dorada escrupulosa y limpia, virginal. Pre-siento (Heidegger) a-la-mano un frente de aguas, pero (per hoc) distancia inconmensurable (geometrías no euclidianas) me es desconocida (Kant). Yo sólo sé que tendremos calor. Siempre el calor. Pero ya basta de sabiduría conceptual eclosionante (Hegel) y dirijámonos a lo nuestro, a las cosas mismas (Husserl). Wilde, el genéricamente alienado, dijo que la práctica era el terreno en que las teorías se reducían al absurdo, pero nada más falso (Aristóteles) cuando se trata del Tiempo, pues, ¡qué gozo tremendo (del verbo latino tremere = temblar), qué verdad insoslayable (Kropotkin) en la del paraguas que se abre como flor primavórea para recibir tierno las gotas aéreas, mónadas (Leibniz) del agua generosa (Larraín) que en verano y que -¡ay de ellas, ay de los poetas!- durante la mayoría del año habrán de esconderse ante el imponente Sol que sale, saludando, salado y zalamero a veces salteado saltando solícito. Pero cabe aún, amigos míos, preguntarse… ¿Y si el sol…? (Hume). Pero esto quedará para la próxima entrega.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario